En segundo término, el plan de movilidad apuesta por la racionalización del uso del vehículo privado con iniciativas como la aplicación de ventajas en el estacionamiento a los vehículos compartidos, la mejora de la señalización de las plazas libres de aparcamiento o la elaboración de un estudio para la reorganización de los espacios de estacionamiento.
En tercer término, se incluye el fomento del vehículo eléctrico mediante la instalación de puntos de carga. De hecho, la entidad de conservación ya está manteniendo conversaciones con Iberdrola en ese sentido, según precisaron fuentes consultadas. Además, también se prevé potenciar la apuesta por los vehículos eléctricos en las flotas de las compañías asentadas en el polígono.
En cuarto lugar, se incluye la promoción de medios de transporte alternativos como la bicicleta o los Vehículos de Movilidad Personal (VMP), creando itinerarios y plazas de estacionamiento específicos. Como quinto eje, se plantea mejorar las condiciones de movilidad con iniciativas como la aplicación de flexibilidad horaria de los trabajadores o la implantación del teletrabajo.
En sexto lugar, se prevé mejorar las infraestructuras viarias y el espacio urbano, lo que requiere de reformas en los accesos y el desarrollo de nuevos caminos e itinerarios peatonales. Y como séptimo eje, se plantea el seguimiento de los objetivos del propio plan, mediante la constitución de una mesa de movilidad y la implantación de servicios digitales para evaluar y controlar los desplazamientos generados.
La elaboración de este plan es uno de los requisitos establecidos en la Ley 14/2018 de 5 de junio de la Generalitat de Gestión, Modernización y Promoción de la Áreas Industriales de la Comunidad Valenciana para que el recinto pueda convertirse en Área Industrial Preferente, con la mejora de su servicios. En la consecución de ese objetivo, ya se han cubierto algunas etapas como la mejora de la señalética, la ampliación de zonas ajardinadas o el avance en la digitalización, mediante la puesta en marcha de acciones respaldadas por el propio Ayuntamiento. Entre ellas, por ejemplo, la implantación de un sistema de sensorización que aportará datos y parámetros medioambientales como la calidad del aire o el ruido, que permite monitorizar la movilidad, el alumbrado o la gestión de residuos a través de un sistema multiplataforma basado en el Internet de las Cosas (IoT).