Evolucionar hacia una economía sostenible representa un reto muy importante para cualquier sociedad por todo lo que ello implica de compromiso entre lo económico, lo social y el medio ambiente.
En el plano medioambiental, la transición energética cobra un papel fundamental, destacando la necesidad de la descarbonización total de la economía, para lo que es crucial el desarrollo de energías renovables, la mejora de la eficiencia energética, la electrificación del transporte y su gestión eficiente y transparente.
Existe una clara relación entre el desarrollo de una economía y el peso de su sector industrial y empresarial. Es necesario generar condiciones que refuercen los ecosistemas empresariales promoviendo modelos de gestión orientados al incremento de la competitividad basados en la innovación, la especialización, la internacioanlización y el respeto al medioambiente.
Son necesarios modelos de gestión de las áreas empresariales que sean inteligentes, seguros, eficientes energéticamente y colaborativos, modelos basados, entre otros, en el concepto de las comunidades energéticas locales.