Atalayas Ciudad Empresarial o cómo Alicante quiere recuperar el pulso industrial

El polígono industrial se constituirá oficialmente este viernes como la primera Entidad de Gestión y Modernización de la ciudad. Una de las asignaturas pendientes de la capital son sus suelos industriales

Con 1,2 millones de metros cuadrados y situado al sur de la ciudad junto a la autovía a Madrid (A31), Las Atalayas se creó a finales de los 70 y su promoción se gestó allá por los 90 por el SEPE. A principios del 2000, contaba con la única entidad de conservación de la localidad. Con la entrada en el siglo XXI, la localidad empezó a contar con el Parque Científico de la Universidad de Alicante y ahora toda la zona de Aguamarga donde se ubica el Distrito Digital o la Ciudad de la Luz.

La votación de este viernes significa un avance en el modelo de áreas industriales de una ciudad que necesitaba recuperar el pulso industrial. Con un respaldo previsto del 80% de los propietarios del suelo —el elemento decisivo es el valor catastral—, el proyecto de Atalayas Ciudad Empresarial se convierte en Entidad de Gestión y Modernización (EGM), una figura creada por la Generalitat a partir de una Ley considerada como modélica en España. Vicente Seguí, gerente del polígono y vicepresidente de la Federación de Empresariales de la Comunidad Valenciana (Fepeval) considera que esta herramienta proporciona “valor añadido” al área.

El objetivo es ampliar la estrategia de implantación de servicios comunes compartidos y una “mayor funcionalidad”. “Los ejemplos claros de entender son la gestión de los residuos«, donde “podríamos llegar a tener la gestión delegada por el Ayuntamiento vía compensación económica o crear comunidades energéticas”, indica el responsable del área. “Hasta ahora nos encargábamos de servicios básicos y considero que Atalayas siempre ha sido pionera en muchas cuestiones, pero por estatutos no podíamos ir más allá. Esa es la principal novedad”.

Según los datos de Fepeval, la Comunidad Valenciana tiene once EGM. Alicante será la duodécima entidad y la tercera de la provincia. Con ella, se acortará la gran distancia que resta hasta conseguir un modelo competitivo no exento de dificultades. “No es lo mismo hacer un parque nuevo que partir de áreas antiguas”, explica Vicente Seguí, quien lleva gestionando la entidad desde el año 2000.

La asamblea viene precedida de un largo recorrido, al menos en el tiempo. En este lapso, el apoyo del Ayuntamiento ha sido fundamental, como reconoce el gerente, en pro de trabajar por una verdadera relación de colaboración público-privada. El Plan de Atalayas Ciudad Empresarial 2025 fue la base del actual modelo y del convenio de colaboración, pero antes se han salvado algunos escollos. El principal es el tema económico: las cuotas y el presupuesto. Seguí detalla que se han mantenido y este hecho ha dado tranquilidad a los propietarios. El presupuesto presentado refleja unos ingresos de 300.000 euros por este concepto, que representa más del 90% de la entrada de recursos.

Humanizar las industrias

El otro obstáculo hace referencia a la didáctica de la propuesta. Ha pasado un año desde que se presentó el proyecto y se ratifica con un apoyo superior al 80%, lo que puede considerarse un éxito. La Ley autonómica ya evitó uno de los males endémicos de estas zonas: la totalidad. Ahora lo importante es lograr una mayoría y si se pasa la barrera del 51% de los propietarios, el resto queda obligado por lo que la entidad se constituye y empieza a caminar.

En relación con ambos aspectos también está que la EGM permitirá que Atalayas pueda optar a una cantidad mayor de ayudas vía Ivace, organismo dependiente de la Conselleria de Economía. La convocatoria ya publicada determina una posibilidad de un millón de euros y, sobre todo, da un salto cualitativo hacia la modernización. “Los polígonos nacieron porque había que sacar las industrias de las ciudades, pero ahora las empresas están mirando hacia la retención del talento, el bienestar de los trabajadores, la movilidad y otros muchos aspectos. Se trata de humanizar un área”, subraya Seguí. En la actualidad, 220 empresas están asentadas en Atalayas, lo que implica un movimiento diario de entre 6.000 y 8.000 empleados. Cambiar la percepción va a ser complicado, pero no imposible en una zona que cuenta con calles relativamente anchas.

Fortaleza provincial, ¿debilidad local?

Fuera de esos objetivos, la meta es no perder más oportunidades. “Tenemos lista de espera y hay una alta demanda tanto interna como externa”, comenta Vicente Seguí. Respecto a la oferta de suelo, la lentitud es un freno que denuncian todos. “Para recalificar suelo hacen falta 22 informes”, puntualiza el vicepresidente de Fepeval, pues el problema es común para todo el territorio. De hecho, Elche vive un viacrucis administrativo a pesar de contar con la declaración de “urgencia” del Consell.

El Instituto de Estudios Económicos de la provincia, Ineca realizó un estudio de Fortalezas de la provincia y marcaba el suelo industrial como una de ellas; sin embargo, el foco se ponía en la ciudad vecina. El modelo es, desde hace años, el Parque Empresarial de Elche que dista menos de diez kilómetros y con 2,6 millones de metros cuadrados. También están los ejemplos de suelo industrial en Ibi, que se venden como «la gran fábrica» o los hubs logísticos del interior de la provincia como San Isidro, que ya es EGM, o la reciente propuesta Nodo de Levante en Villena. Ni una línea sobre Alicante y es que la citada dispersión encalla con un diseño anticuado y que se reconduce débilmente ante falta de interlocutores (o más bien gestores profesionales).

No obstante, el grave problema o la debilidad local es la falta de suelo. Las Atalayas se encuentra al 100% de ocupación y en el resto la situación no es mucho mejor. El consistorio alicantino, desde la Agencia de Desarrollo Local —conocida como Impulsa Alicante— llevan tiempo trabajando en cambiar esa circunstancia. Esta misma semana se anunciaba una ampliación de 300.000 metros cuadrados.

Las administraciones llevan tiempo intentando mandar un mensaje de colaboración; pero todo va tan despacio que la crítica del empresariado se ha convertido en el lamento de “seguir perdiendo oportunidades”. Ahora en el punto de mira está la llegada de capitales inversores. El ejemplo más reciente es la adquisición de Suavinex por parte de la francesa Peek a Boo.

La Conselleria de Economía dirigida por Rafael Climent presentó datos inversores relativos a la provincia de Alicante. Según las cifras del Gobierno valenciano, el Ivace ha concedido un total de 11,46 millones de euros este año para mejorar 65 áreas industriales de 38 municipios. En concreto, la ciudad de Alicante recibirá cerca de 685.000 euros para la mejora y modernización de los polígonos industriales Atalayas, Pla de la Vallonga, Llano del Espartal y Aguamarga. En el período 2017-2022, el importe de las ayudas ascendió a 39,9 millones de euros para mejorar 123 áreas industriales de 61 municipios de la provincia.

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04/11/2022 | Atalayas Ciudad Empresarial o cómo Alicante quiere recuperar el pulso industrial